100 años de historia
En el transcurso de la vida de los pueblos, aparecen hombres que en su función de gobierno, impulsados por su espíritu creador, concretan realizaciones que marcan un hito en la marcha ascendente de la comunidad. Uno de esos hombres es, sin dudas, quien fuera gobernador de nuestra provincia en 1915, el Dr. Manuel J. Menchaca. Fue el primer gobernador santafesino que llega a su cargo en elecciones democráticas bajo la Ley Sáenz Peña, pero también uno de esos hombres de espíritu visionario, de los muchos que ha tenido nuestra provincia, quien no sólo supo escuchar las demandas de sus co-provincianos, sino también contó con la suficiente visión política para proyectar obras indispensables para el crecimiento de Santa Fe.
Rafaela, centro entonces de una zona netamente agrícola, necesitaba un establecimiento educacional que le permitiera al hijo del agricultor, la adquisición de los conocimientos básicos indispensables para el mejor desenvolvimiento de su acción.
El 6 de mayo de 1915, a solicitud del Consejo General de Educación, el gobernador de la provincia decretó la creación de una escuela de mecánicos agrícolas que funcionaría en el local de la Sociedad Rural de Rafaela y sería dirigida por el Sr. Néstor Haríspe y como profesor Don Lorenzo Hernadorena. El 1º de agosto del mismo año se adquirió el terreno en el barrio denominado entonces “La Feria”, hoy “30 de Octubre”, donde se encuentra emplazada actualmente la escuela.
Comenzaba a funcionar entonces, hace 100 años, un 24 de octubre de 1915, la Escuela de Mecánicos Agrícolas, institución educativa que pronto se constituiría en el punto convergente de la meta de aquellos jóvenes colonos impulsados por su afán de superación, de crecimiento personal y laboral.
Luego vinieron cambios de estructura, de nombres, de programas, se incorporaron nuevas especialidades y se dieron de baja otras, siendo estos cambios acompañados también por una transformación en la fisonomía edilicia de la escuela donde, por ejemplo, los viejos galpones de chapas fueron reemplazados por construcciones de mampostería y se remozaban los equipamientos con nuevas máquinas y herramientas.
Durante el gobierno del Dr. Luciano Molinas, en 1932, en un homenaje a quién fuera colonizador y formador de tantas colonias agrícolas, se le impone el nombre “Guillermo Lehmann”, uno de los pocos tributos rendidos hasta entonces al pionero, injustamente olvidado.
En 1934 se transformó en Escuela Industrial de Varones y luego en 1948 se convirtió en Escuela Fábrica de la Nación Nº 6. Para la década del ’50, las condiciones políticas del país eran diferentes y se soñaba con un desarrollo industrial. Para eso se hizo imprescindible transformar la educación técnica y con la creación del CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica) y en el año 1959 la escuela se transformó en ENET Nº1 (Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 1). En el año 1993 se sanciona la Ley Federal de Educación y la escuela es transferida nuevamente a la provincia, luego de la instrumentación de la lay Nacional de Educación, en 2013 la escuela adquiere su denominación actual: Escuela de Educación Técnico Profesional Nº 460 “Guillermo Lehmann”.
La educación técnica logra las actuales características con la Ley de Educación Técnico Profesional 26058/05, que establece una nueva estructura curricular basada en el valor pedagógico que otorga la formación práctica. Esta instituyó además la inversión necesaria a través del INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica) con los Planes de Mejora Institucionales y Jurisdiccionales, como herramienta para el mejoramiento de los entornos formativos.
En estos 100 años, la naciente ciudad de Rafaela pasó de una colonia, a un polo industrial y agropecuario con influencias a nivel nacional. Nuestra escuela fue evolucionando de forma paralela y volcó al mercado laboral numerosos egresados. En la actualidad, desde la primera promoción de 1917, han egresado 5094 técnicos que se incorporaron a las industrias y talleres como operarios o directivos, cursaron estudios superiores, se integraron como docentes en instituciones educativas o generaron independientemente su propio proyecto laboral.
En esa evolución a través del tiempo y durante este centenario, la escuela estableció vínculos con diversas instituciones que apoyaron y apoyan actualmente su crecimiento por medio de acuerdos marco para las Prácticas Profesionalizantes, como la Municipalidad de Rafaela, El Centro Comercial e Industrial y las distintas cámaras que lo conforman, el Colegio de Profesionales Técnicos y Maestros Mayores de Obra que ofrece a nuestros egresados, capacitación y la matriculación necesaria para ejercer su profesión en forma independiente.
La escuela mantiene también una estrecha vinculación con el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) del que nuestra escuela es socia fundadora. El ITEC (Instituto Tecnológico de Rafaela). La UTN (Universidad Tecnológica Nacional), institución que comenzó a funcionar en éste edificio. La UOM (Unión Obrera Metalúrgica) y el Centro empleados de Comercio.
A todas estas instituciones estamos unidos por convenios de cooperación mutua y por el afecto de tantos años de trabajo por el bien común.
Como una escuela moderna nuestra institución redefine el perfil del técnico desde la incertidumbre. Es decir, la educación no es concebida como mera transmisión de información, sino por el contrario, como una búsqueda de certezas dentro de los cambios y las variables que la sociedad le presenta. Por lo tanto, el alumno debe reflexionar, establecer relaciones e involucrarse en diversas actividades para ser sujeto activo en la apropiación de conocimientos y habilidades.
Es por esto que se alienta, desde el ámbito institucional, enfrentar los desafíos al participar en las Olimpíadas Deportivas y Culturales Santafesinas, Olimpíada de Matemática (OMA) y de Inglés.
Desde la especialidad Electrónica, la participación en competencias de Robótica, y la Conformación del Club de Ciencias, el desafío que también implica la organización, entre profesores y alumnos desde hace tres años, del viaje de egresados y de estudio, a las ciudades de Río Grande y Ushuaia en la Pcia. de Tierra del Fuego, donde se visitan las industrias electrónicas.
En Electromecánica, la participación en este segundo año de la competencia de autos eléctricos del Desafío Eco, con el valioso aporte del trabajo en equipo entre alumnos y docentes que permite proyectar a la escuela e intercambiar experiencias con escuelas de otras provincias.
En la especialidad Construcciones, con la participación desde sus comienzos, hace casi veinte años, en olimpíadas cuando estaban organizadas por el CONET y luego por el INET, logrando en este tipo de competencias, los primeros puestos a nivel nacional.
Un nuevo y hermoso desafío por cuarto año consecutivo, es la maratón de lectura organizada por el Departamento de Lengua. Esta actividad implica a todos los alumnos y docentes de la escuela. Mediante una ruptura de espacios y tiempos, la creatividad y la imaginación invaden aulas, pasillos, el salón de actos, talleres y patios. Las experiencias de lecturas previas se vuelcan en dramatizaciones, ambientaciones, vídeos, juegos literarios, entrevistas y Feria del Libro en la biblioteca escolar.
La escuela también ofrece la posibilidad de realizar intercambios educativos con Italia y Alemania. Con este país mantenemos desde hace cuatro años un intercambio recíproco con la escuela Técnica de “Berufliche Schule” de Helms Horn, localidad cercana a Hamburgo. Nuestros alumnos se capacitan en el idioma alemán en forma optativa y tienen la posibilidad de viajar en el mes de enero y a su vez recibimos a los alumnos alemanes en el mes de julio. Esto permite generar lazos de amistad entre los jóvenes de culturas tan disímiles.
Otro gran objetivo se concretó el pasado sábado 29 de agosto cuando se puso en marcha el horno cubilote de fundición gris que se encontraba fuera de funcionamiento desde 1998. Este sueño se logró con el apoyo de todos, pero especialmente de los alumnos y docentes de 5º año de la especialidad electromecánica, ex alumnos, industriales y comerciantes de la ciudad.
Estos son algunos de esos desafíos que se transforman en logros porque concebimos a la escuela como un espacio en permanente construcción.
El sociólogo Zygmunt Bauman analiza la sociedad actual y la califica como “líquida” porque fluye permanentemente y ha modificado nuestra manera de ser y de pensar.
Nuestras relaciones laborales, la cultura, la amistad, la familia y los sentimientos son rápidos, inestables y mutables. Para él, la instantaneidad significa buscar gratificación sin pensar en las consecuencias y sin proyectos comunitarios a largo plazo.
Ante esta realidad, la escuela debe recuperar su papel formador y educar con el ejemplo en las palabras y las actitudes, manteniendo una coherencia entre lo que se dice y como se actúa.
Por otro lado, ante lo instantáneo que plantea Bauman y que provoca insatisfacción e inseguridad, la escuela debe enseñar a las nuevas generaciones a esperar los grandes logros sustentados en el trabajo y en la permanencia. Todo proyecto debe insumir un tiempo y un esfuerzo individual. Saber esperar, practicar la paciencia y ejercer la voluntad deben ser los pilares de toda construcción personal y social.
Desde allí se educa, acompañando al alumno en la búsqueda de respuestas y en la comprensión interior de su proyecto personal de vida.
A esto debemos sumarle la defensa de nuestra identidad técnica y la necesidad de repensar el presente tecnológico y planificar en consecuencia el futuro.
Que nada nos detenga… Ya tenemos un siglo de experiencia… Sigamos sorprendiéndonos y construyendo desde sólidos conocimientos, el diálogo, la amistad y la permanencia de los verdaderos valores que nos trascienden como personas.
Solo me resta agradecer a todos los que colaboraron y siguen colaborando diariamente, al equipo directivo, al personal docente y no docente, al Centro de Estudiantes, pero especialmente valga el reconocimiento más sincero a los que no están afectados directamente a la tarea educativa, a aquellos que aportan parte de su tiempo y muchas veces sus recursos económicos con el solo propósito de hacer más digno el aprendizaje de los adolescentes, ellos son la Asociación Cooperadora, El Centro de Ex-alumnos, empresas y comerciantes profundamente identificados con nuestra querida escuela técnica y que sin darse cuenta, con el granito de arena que representa ese aporte, contribuyen desde hace 100 años, a la grandeza de este presente.
Director Prof. Marcelo Blazquez
17 de octubre de 2015
Rafaela, centro entonces de una zona netamente agrícola, necesitaba un establecimiento educacional que le permitiera al hijo del agricultor, la adquisición de los conocimientos básicos indispensables para el mejor desenvolvimiento de su acción.
El 6 de mayo de 1915, a solicitud del Consejo General de Educación, el gobernador de la provincia decretó la creación de una escuela de mecánicos agrícolas que funcionaría en el local de la Sociedad Rural de Rafaela y sería dirigida por el Sr. Néstor Haríspe y como profesor Don Lorenzo Hernadorena. El 1º de agosto del mismo año se adquirió el terreno en el barrio denominado entonces “La Feria”, hoy “30 de Octubre”, donde se encuentra emplazada actualmente la escuela.
Comenzaba a funcionar entonces, hace 100 años, un 24 de octubre de 1915, la Escuela de Mecánicos Agrícolas, institución educativa que pronto se constituiría en el punto convergente de la meta de aquellos jóvenes colonos impulsados por su afán de superación, de crecimiento personal y laboral.
Luego vinieron cambios de estructura, de nombres, de programas, se incorporaron nuevas especialidades y se dieron de baja otras, siendo estos cambios acompañados también por una transformación en la fisonomía edilicia de la escuela donde, por ejemplo, los viejos galpones de chapas fueron reemplazados por construcciones de mampostería y se remozaban los equipamientos con nuevas máquinas y herramientas.
Durante el gobierno del Dr. Luciano Molinas, en 1932, en un homenaje a quién fuera colonizador y formador de tantas colonias agrícolas, se le impone el nombre “Guillermo Lehmann”, uno de los pocos tributos rendidos hasta entonces al pionero, injustamente olvidado.
En 1934 se transformó en Escuela Industrial de Varones y luego en 1948 se convirtió en Escuela Fábrica de la Nación Nº 6. Para la década del ’50, las condiciones políticas del país eran diferentes y se soñaba con un desarrollo industrial. Para eso se hizo imprescindible transformar la educación técnica y con la creación del CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica) y en el año 1959 la escuela se transformó en ENET Nº1 (Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 1). En el año 1993 se sanciona la Ley Federal de Educación y la escuela es transferida nuevamente a la provincia, luego de la instrumentación de la lay Nacional de Educación, en 2013 la escuela adquiere su denominación actual: Escuela de Educación Técnico Profesional Nº 460 “Guillermo Lehmann”.
La educación técnica logra las actuales características con la Ley de Educación Técnico Profesional 26058/05, que establece una nueva estructura curricular basada en el valor pedagógico que otorga la formación práctica. Esta instituyó además la inversión necesaria a través del INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica) con los Planes de Mejora Institucionales y Jurisdiccionales, como herramienta para el mejoramiento de los entornos formativos.
En estos 100 años, la naciente ciudad de Rafaela pasó de una colonia, a un polo industrial y agropecuario con influencias a nivel nacional. Nuestra escuela fue evolucionando de forma paralela y volcó al mercado laboral numerosos egresados. En la actualidad, desde la primera promoción de 1917, han egresado 5094 técnicos que se incorporaron a las industrias y talleres como operarios o directivos, cursaron estudios superiores, se integraron como docentes en instituciones educativas o generaron independientemente su propio proyecto laboral.
En esa evolución a través del tiempo y durante este centenario, la escuela estableció vínculos con diversas instituciones que apoyaron y apoyan actualmente su crecimiento por medio de acuerdos marco para las Prácticas Profesionalizantes, como la Municipalidad de Rafaela, El Centro Comercial e Industrial y las distintas cámaras que lo conforman, el Colegio de Profesionales Técnicos y Maestros Mayores de Obra que ofrece a nuestros egresados, capacitación y la matriculación necesaria para ejercer su profesión en forma independiente.
La escuela mantiene también una estrecha vinculación con el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) del que nuestra escuela es socia fundadora. El ITEC (Instituto Tecnológico de Rafaela). La UTN (Universidad Tecnológica Nacional), institución que comenzó a funcionar en éste edificio. La UOM (Unión Obrera Metalúrgica) y el Centro empleados de Comercio.
A todas estas instituciones estamos unidos por convenios de cooperación mutua y por el afecto de tantos años de trabajo por el bien común.
Como una escuela moderna nuestra institución redefine el perfil del técnico desde la incertidumbre. Es decir, la educación no es concebida como mera transmisión de información, sino por el contrario, como una búsqueda de certezas dentro de los cambios y las variables que la sociedad le presenta. Por lo tanto, el alumno debe reflexionar, establecer relaciones e involucrarse en diversas actividades para ser sujeto activo en la apropiación de conocimientos y habilidades.
Es por esto que se alienta, desde el ámbito institucional, enfrentar los desafíos al participar en las Olimpíadas Deportivas y Culturales Santafesinas, Olimpíada de Matemática (OMA) y de Inglés.
Desde la especialidad Electrónica, la participación en competencias de Robótica, y la Conformación del Club de Ciencias, el desafío que también implica la organización, entre profesores y alumnos desde hace tres años, del viaje de egresados y de estudio, a las ciudades de Río Grande y Ushuaia en la Pcia. de Tierra del Fuego, donde se visitan las industrias electrónicas.
En Electromecánica, la participación en este segundo año de la competencia de autos eléctricos del Desafío Eco, con el valioso aporte del trabajo en equipo entre alumnos y docentes que permite proyectar a la escuela e intercambiar experiencias con escuelas de otras provincias.
En la especialidad Construcciones, con la participación desde sus comienzos, hace casi veinte años, en olimpíadas cuando estaban organizadas por el CONET y luego por el INET, logrando en este tipo de competencias, los primeros puestos a nivel nacional.
Un nuevo y hermoso desafío por cuarto año consecutivo, es la maratón de lectura organizada por el Departamento de Lengua. Esta actividad implica a todos los alumnos y docentes de la escuela. Mediante una ruptura de espacios y tiempos, la creatividad y la imaginación invaden aulas, pasillos, el salón de actos, talleres y patios. Las experiencias de lecturas previas se vuelcan en dramatizaciones, ambientaciones, vídeos, juegos literarios, entrevistas y Feria del Libro en la biblioteca escolar.
La escuela también ofrece la posibilidad de realizar intercambios educativos con Italia y Alemania. Con este país mantenemos desde hace cuatro años un intercambio recíproco con la escuela Técnica de “Berufliche Schule” de Helms Horn, localidad cercana a Hamburgo. Nuestros alumnos se capacitan en el idioma alemán en forma optativa y tienen la posibilidad de viajar en el mes de enero y a su vez recibimos a los alumnos alemanes en el mes de julio. Esto permite generar lazos de amistad entre los jóvenes de culturas tan disímiles.
Otro gran objetivo se concretó el pasado sábado 29 de agosto cuando se puso en marcha el horno cubilote de fundición gris que se encontraba fuera de funcionamiento desde 1998. Este sueño se logró con el apoyo de todos, pero especialmente de los alumnos y docentes de 5º año de la especialidad electromecánica, ex alumnos, industriales y comerciantes de la ciudad.
Estos son algunos de esos desafíos que se transforman en logros porque concebimos a la escuela como un espacio en permanente construcción.
El sociólogo Zygmunt Bauman analiza la sociedad actual y la califica como “líquida” porque fluye permanentemente y ha modificado nuestra manera de ser y de pensar.
Nuestras relaciones laborales, la cultura, la amistad, la familia y los sentimientos son rápidos, inestables y mutables. Para él, la instantaneidad significa buscar gratificación sin pensar en las consecuencias y sin proyectos comunitarios a largo plazo.
Ante esta realidad, la escuela debe recuperar su papel formador y educar con el ejemplo en las palabras y las actitudes, manteniendo una coherencia entre lo que se dice y como se actúa.
Por otro lado, ante lo instantáneo que plantea Bauman y que provoca insatisfacción e inseguridad, la escuela debe enseñar a las nuevas generaciones a esperar los grandes logros sustentados en el trabajo y en la permanencia. Todo proyecto debe insumir un tiempo y un esfuerzo individual. Saber esperar, practicar la paciencia y ejercer la voluntad deben ser los pilares de toda construcción personal y social.
Desde allí se educa, acompañando al alumno en la búsqueda de respuestas y en la comprensión interior de su proyecto personal de vida.
A esto debemos sumarle la defensa de nuestra identidad técnica y la necesidad de repensar el presente tecnológico y planificar en consecuencia el futuro.
Que nada nos detenga… Ya tenemos un siglo de experiencia… Sigamos sorprendiéndonos y construyendo desde sólidos conocimientos, el diálogo, la amistad y la permanencia de los verdaderos valores que nos trascienden como personas.
Solo me resta agradecer a todos los que colaboraron y siguen colaborando diariamente, al equipo directivo, al personal docente y no docente, al Centro de Estudiantes, pero especialmente valga el reconocimiento más sincero a los que no están afectados directamente a la tarea educativa, a aquellos que aportan parte de su tiempo y muchas veces sus recursos económicos con el solo propósito de hacer más digno el aprendizaje de los adolescentes, ellos son la Asociación Cooperadora, El Centro de Ex-alumnos, empresas y comerciantes profundamente identificados con nuestra querida escuela técnica y que sin darse cuenta, con el granito de arena que representa ese aporte, contribuyen desde hace 100 años, a la grandeza de este presente.
Director Prof. Marcelo Blazquez
17 de octubre de 2015
20 de Octubre de 2015